Nuestro hermano Arístides Estela Vásquez falleció a los 73 años de edad, 55 años de Compañía y 42 años de sus Últimos Votos.

Nació el 7 de octubre de 1946 en Polulo, Ninabamba, Santa Cruz de Cajamarca. Era el tercero de 9 hermanos. Siendo niño, se trasladó junto a su familia a vivir a la ciudad de Jaén, donde conoció a los jesuitas que le inspiraron el deseo de entrar en la vida religiosa. De esta manera, con solo 17 años, ingresó al Noviciado en la casa de Miraflores en 1964, admitido por el P. José Ridruejo.

Después del Noviciado, realizó estudios técnicos mientras vivía en el Colegio de La Inmaculada y culminó su formación en 1977, haciendo la Tercera Probación en Huachipa, dirigido por el P. Julián Sayós. Ese mismo año emitió sus Últimos Votos en Lima. Posteriormente, de 1993 a 1995, realizó estudios de Teología en la Universidad de Comillas de Madrid.

Comenzó su vida apostólica en Chachapoyas, donde estuvo de 1970 a 1974 colaborando en la acción pastoral del Obispado y en la atención a la comunidad jesuita. Después siguió una etapa de trabajo en los colegios, primero en el de la Inmaculada de 1974 a 1979, y después en el San Ignacio de Piura hasta 1987, donde trabajó en la administración y mantenimiento. 

De 1987 a 1992, formó parte del equipo de formación de los jóvenes jesuitas, viviendo en el Juniorado “San Juan Berchmans” en Lima, como ministro de la comunidad. En esos años tuvo que afrontar uno de los momentos más críticos del país y agudizar su ingenio para proveer de recursos la casa de estudiantes.

Desde 1995 estuvo en Arequipa, el destino más prolongado y fructífero de su vida apostólica.  En un primer momento vivió en la comunidad del “Sagrado Corazón”, más tarde pasó a la del Noviciado y, cuando esta casa se cerró tres años atrás, vivió en la comunidad del Colegio. En estos años, en varias ocasiones se desempeñó como ministro y últimamente era el encargado de la salud de la casa.

El ámbito pastoral al que dedicó todas sus energías y cualidades fue el Templo de la Compañía. Fue un administrador fiel y solícito, cuidó de los recursos del templo y aseguró siempre el exquisito cuidado de todos los actos litúrgicos en coordinación con los diferentes prefectos del templo. 

Desde este servicio, tuvo contacto y brindó apoyo y acompañamiento a infinidad de personas que le recuerdan con mucho cariño. Se mostró muy cercano a los jóvenes y tenía un activo papel en la pastoral juvenil. Desde el año pasado, al abrirse la oficina de atención a migrantes en el Templo, colaboró con dedicación en este nuevo ministerio y era el representante de la comunidad jesuita en la Oficina Encuentros – SJM.

Su carácter destacaba por su sencillez, buen humor y alegría En las comunidades y destinos apostólicos donde vivió, siempre supo crear un ambiente fraterno y jovial. Todos le recuerdan como un gran compañero por su buen trato y excelente sentido del humor. En este año 2020, los jesuitas vivimos con alegría el hecho de que, después de varios años de no haber podido participar en los Ejercicios Espirituales anuales de la Provincia por sus compromisos apostólicos, finalmente compartiera esos días de oración.

La vocación de hermano a la que fue llamado y que vivió en plenitud fue conformando su vida en Cristo. Fue un jesuita disponible, de oración, siempre servicial y preocupado por los demás.

El pasado lunes 13 fue internado al presentar los primeros síntomas de COVID-19. Después de una semana de lucha contra la enfermad, falleció al iniciarse el día 21.

Demos gracias a Dios por su vida de entrega apasionada al Señor, viviendo siempre en obediencia a su Palabra, y en la confianza al cariño maternal de María.

La Misa Funeral:

Se transmitió por el Canal del Colegio San José de Arequipa

21 de julio de 2020, 6:00 pm.