El P. Salvador Tito Otero Roldán falleció el 15 de abril del 2002 a consecuencia de un tumor maligno, a los 85 años de edad, 68 de Compañía y 54 años de sacerdote, en nuestra Enfermería de Fátima, Miraflores, donde pasó sus últimos años.
Tito nació en el Callao, el 4 de enero de 1917. Entra al Noviciado en Chile (Chillán) el 9 de marzo de 1934. Los años de formación los hace en Chile y Argentina (Filosofía y Teología) y en Uruguay (Tercera Probación). Hace su Magisterio en Lima, en el Colegio de la Inmaculada, donde también trabaja al terminar su formación, como Prefecto General de disciplina y Secretario del Colegio (1950-1952). Luego va a Arequipa (1953-1958) y trabaja apostólicamente en el Templo de la Compañía y en el Colegio San José.
Fue uno de los jesuitas peruanos más apreciados y conocidos, siempre preocupado de resaltar los rasgos nacionales de nuestra Provincia. Ex alumno de la promoción 1934 del Colegio de la Inmaculada, de la misma generación que Mons. Ricardo Durand, formados en el conocimiento y amor al país por el Hno. Santos García en su Academia de Geografía e Historia. Tuvo un trabajo pionero en Radio Luz de Lima (fundada por el P. Gonzalo Alcocer SJ) y luego trabajó en Radio Vaticana (1958-1962). Gran predicador y escritor, fue el predicador del Sermón de las Tres Horas más conocido durante muchos años en los medios de comunicación. Animador de gran talento en las “academias” de las reuniones jesuitas, acérrimo hincha y directivo de Universitario de Deportes. Publicó varios libros. “A mi Patria con cariño”, “Santa Rosa de Lima, milagro del nuevo mundo”, “Salmos para las siete palabras de Cristo en la Cruz”, y el folleto “Madre”, dedicado a su madre, son algunos de los títulos principales de sus obras. Su última obra “Resucitó” escrita en 1998, expresa su profunda fe en Jesucristo Resucitado, fruto de largas horas de verdadera consolación espiritual. Sus últimos años de trabajo pastoral fueron en y desde el Colegio de la Inmaculada de Monterrico.
La Misa de Exequias fue presidida por Mons. Ricardo Durand, conjuntamente con Mons. Fernando Vargas (ambos connovicios), Mons. Antonio Hornedo, Mons. Pedro Barreto, el P. Provincial y unos 30 sacerdotes. Tuvo la homilía Mons. Fernando Vargas. A continuación sus restos fueron enterrados en nuestro cementerio de Villa Kostka, Huachipa, donde el P. Provincial tuvo unas palabras de despedida y agradecimiento por la vida de Tito y rezó el responso final.
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