El 17 de diciembre del 2008 falleció el P. Jorge Forno SJ, quien este mes cumplía 82 años. Jorge tenía 63 años como jesuita y el 2009 habría cumplido 50 años como sacerdote. Se había ordenado en México en el año 1959. “Los que hicimos los estudios de Teología en el “Instituto Libre de Filosofía” de Río Hondo N° 1 en el Distrito Federal en ese querido país, no olvidamos la experiencia vivida. Jorge se ganó el afecto y el respeto de los compañeros mexicanos”, escribía el P. Ricardo Morales.
Había sido Capellán de la Escuela de sub oficiales de la FAP (ESOFAP), y posteriormente, de la Escuela Militar de Chorrillos. Los cadetes de aquellos tiempos lo recuerdan como un consejero exigente pero muy amigable.
Entre sus trabajos posteriores destaca el Colegio San Francisco Javier (antes Nuestra Señora de los Desamparados) al que se dedicó con convicción y creatividad, infundiendo un espíritu de cooperación y compromiso en sus maestros, padres de familia y estudiantes. En un medio populoso y difícil, logró resultados formativos y académicos que se reflejan en el éxito de sus exalumnos en la educación superior y vida profesional.
En los últimos años trabajó con gran dedicación en la Parroquia Nuestra Señora de Fátima, después de sus largos años como director del Colegio San Francisco Javier, en que dejó honda huella en los profesores y alumnos y sus familias. Nos deja un ejemplo de un gran jesuita, gran amigo, de gran sencillez , y entrega generosa en los trabajos que la Compañía y la Iglesia le encomendaron. No es fácil olvidar a Jorge Forno, respetuoso y alegre, con su estilo optimista y de buen humor, pero sobre todo al entrañable amigo y compañero Jesuita.
Saludos
A tu memoria querido director, tutor, consejero y sobretodo amigo, Jorge Forno SJ. Hoy se conmemora 12 años de tu fallecimiento. No sabes cuánto extraño tus palabras, las conversaciones y los consejos. Te agradezco todo lo que hiciste por mi. Gracias por siempre creer en mi, y en creer en mi mismo. Nadie en este mundo ha creído tanto en mi como tu querido amigo, y esas palabras de aliento en los momentos difíciles, están siempre en mi mente y corazón. Gracias por tanto querido Jorge y reza siempre por todos nosotros.