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El Hno. Miguel Senosiain Azpilcueta SJ falleció el 9 de octubre de 2008 en nuestra Enfermería de Fátima, a los 92 años de edad y 59 de jesuita. Los últimos años había trabajado en la Parroquia de San Pedro en Lima.

Compartía con San Francisco Javier la misma tierra donde nacieron y uno de los apellidos. Pero más que nada su espíritu misionero. En su antigua Provincia de Loyola estuvo en la oficina del “Promotor de Misiones”. Y a los 56 años, sin pensarlo dos veces, llegó al Perú para ayudar donde se le necesitara. Así escribía a cada Provincial, en todas sus cartas.

Se le necesitó, primero en La Compañía de Arequipa y luego en la Parroquia de San Pedro de Lima: los dos Templos del Sagrado Corazón que tenemos en la Provincia. Para aprender en ellos, y dar a conocer, lo infinito de su Amor, la fidelidad de sus Promesas y su Presencia a cada paso.

Poco antes de morir, recitó al Hno Sixto y los enfermeros que lo atendían una de sus proverbiales frases, como salmos personales que dicen mucho de su vida entregada a Dios con toda sencillez:

“La vida es para buscar a Dios
La muerte es para encontrar a Dios
La eternidad es para gozar a Dios”.

Tal vez no fueron sus últimas palabras pero era su pensamiento de toda la vida.