Oremos en acción de gracias por la vida de nuestro hermano Arsenio Martín Peinador que falleció a los 90 años de edad, 69 años de vida en la Compañía, y 58 años de haber hecho los Últimos Votos.

El H. Arsenio Martín Peinador nació el 16 de noviembre de 1927 en Ampudia, un pueblo de la llamada Tierra de Campos en la Provincia de Palencia (Castilla-León, España). Siendo joven, junto con su familia, emigró a Madrid donde completó sus estudios y trabajó como conserje en una compañía de seguros. Conoció a la Compañía de Jesús en la Congregación Mariana “San Juan Berchmans” a la que perteneció y en la que sintió el llamado de Dios. En unos ejercicios espirituales realizados en diciembre de 1947 ve confirmada su vocación y decide entrar en la Compañía. Con 20 años de edad, ingresa en el Noviciado de la Provincia de Toledo en Aranjuez en 1948.

Durante su noviciado es destinado a Perú adonde llega en 1950. Hasta 1957 vivió en Miraflores donde su principal ocupación fue la sastrería. En esos años, se estaba realizando la construcción del templo de Fátima y el H. Arsenio, hombre siempre curioso, visitaba frecuentemente las obras lo que le permitió empezar a aprender en construcción.

De 1958 a 1967 lo encontramos en Piura. Junto al P. Ridruejo, fueron los primeros de la Comunidad jesuita en llegar. Tuvo a su cargo el acondicionamiento del local cedido por un año a la Compañía en la Plaza de Armas, que se habilitó para la Comunidad jesuita y el Colegio. Luego tuvo un importante papel en la supervisión de la construcción del nuevo local del Colegio, en Miraflores. Estas habilidades mostradas en la construcción marcaron su futuro en la Compañía.

Desde que sale de Piura y hasta 2007 pasó 40 años en el Vicariato San Francisco Javier y Chachapoyas siendo éste su destino principal como jesuita. Dentro de este prolongado periodo, de 1983 a 1986 estuvo en Chachapoyas también como encargado de obras de la diócesis con Monseñor Hornedo, y de 1986 a 1988 en Yamkentsa. El resto del tiempo su residencia estuvo en Jaén.

Su misión principal de todos estos años fue la construcción. La lista de obras que dirigió, junto con un equipo itinerante de maestros albañiles y ayudantes, se eleva a más de 40. Aunque se concentró en la construcción de capillas en los distintos caseríos y de casas de comunidades religiosas, también dirigió la construcción de varios colegios, un coliseo e incluso varios puentes. La lista de pueblos donde realizó obras es muy numerosa: San Ignacio, Jaén, El Muyo, La Coipa, Chirinos, Bagua, Pucará, Yamakentsa entre otros lugares. Esto constituyó un inapreciable servicio a la Iglesia local que además se completaba con una excelente relación con las distintas congregaciones religiosas.

En el 2008, cuando ya siente menguadas sus fuerzas, es destinado a Chiclayo, cerca del Vicariato. Allí fue ministro de la comunidad y administrador de la casa de retiros “Santa María”. Igualmente le alegraba mucho, la posibilidad de seguir haciendo servicios variados al Vicariato desde Chiclayo.

A final del año 2016 fue destinado a la enfermería provincial para tener un mejor cuidado de su salud. El miércoles 21 de marzo amaneció inconsciente en su cuarto. Los médicos le diagnosticaron una embolia de la que ya no pudo recuperarse. Falleció el sábado 7 de abril.

Son muchas las virtudes que adornaron al H. Arsenio y que le hicieron una persona muy querida. La más destacada de estas virtudes fue su carácter alegre y entusiasta transmitiendo siempre ese optimismo a todos los que le rodeaban. Su vida estaba fundamentada en una fe profunda en Cristo y en un arraigado amor a la Compañía. Era además un infatigable trabajador, dinámico y muy servicial. En el tiempo que pasó en la enfermería nunca perdió su carácter servicial y atento y acostumbraba a visitar y a animar a sus compañeros jesuitas

Demos gracias a Dios por su vida ejemplar, de entrega apasionada al Señor, anunciando siempre su Palabra, y la confianza en el cariño maternal de María.